Sí, se que voy atrasada; que Breaking Bad tuvo su momento, pero yo la acabé hace dos días y necesito desahogo.

También creo que la serie tiene una sombra muy larga, infinita, que es de esas que jamás olvidas. Como decía, la terminé de ver hace un par de días y sigo pensando en Jesse, Hank, Gus Fring, Héctor Salamanca y cómo no, en WALTER WHITE.
«I did it for me».
Después de escudarse en la familia durante cinco temporadas, después de excusar cada cocinada, cada asesinato, cada vuelta de tuerca maestra, finalmente reconoce que lo hizo por él mismo.
Sí, al principio lo hizo por su familia, pero se dio cuenta de que aquello no solo se le daba bien, sino que le gustaba, lo disfrutaba.
Y es que esa inteligencia supina, aunque sea para ser narco y asesino, se presenta gozosa tanto para él como para los que lo vemos. Y nosotros también lo excusamos en «es que lo hace por su familia, blablabla…; no fue su culpa, blablabla…».
Además el personaje es tan sumamente inteligente que, ¿cómo te va a caer mal? Ni siquiera Gus Fring, con su metodología y su puntillismo rozando lo absurdo, pero necesario para ser un capo de primera y que no te pillen.
Y Hank, son tan fuertes sus convicciones sobre la justicia, sus valores y su capacidad de discernir, defender y separar lo bueno de lo malo que… ¿Qué haces?
Pues engancharte a la serie y que sea lo que los guionistas/dioses quieran que sea.

Diríamos que estos son los súper personajes, personas que han sabido desarrollar sus cualidades o talentos especiales, ya sea para bien o para mal.
Luego están el resto de los mortales, como Skyler, Flynn, Marie o Steven. Personas que pasan por la vida sin grandes aspavientos, sin grandes hazañas ni locuras dignas de recordar por la Humanidad. Nacen, crecen, se reproducen y mueren. No está mal si es lo que quieren; de hecho la gran mayoría de la población mundial entraría en esta categoría.
¿Y qué hacemos con Mike, Saul y, sobre todo, Jesse? Quizás estos sean los personajes más difíciles de definir. No son mediocres, pero tienen quizás esos puntos débiles que los colocan en bandeja al resto.
Mike, con su pasado policial, se le ve un tío atormentado. Saul, abogado «paradigmático», lo único que tiene es su trabajo. Jesse, personaje con altibajos emocionales sublimes, parece rozar el suicidio en más de una ocasión. Solo a este último se le ve feliz en algún momento, para luego caer en lo más profundo de los abismos.

Resulta obvio decir que he disfrutado muchísimo viendo la serie, además la vi en versión original subtitulada, lo cual la hace todavía mejor si cabe.
Escuchar a Hank decir «Pollos Hermanos» con ese acento aznariano acabado de llegar de Texas no tiene precio.
También me ha venido muy bien para mi aprendizaje del idioma, aunque espero no tener que utilizar algunas de las palabras memorizadas. Sinceramente creo que tardará mucho tiempo en hacerse una serie de esta calidad narrativa y argumental; el problema es que ahora todo me parece una mierda.
Quizás deba volver a verla… 😉

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