Pues sí, le he cogido yo el gustillo a esto de poner por escrito lo que me gusta, lo que me encanta, lo que me hace bien. Y si os fijáis, casi todo lo de la primera lista es gratis (exceptuando las barras de labios, los montones de libretas y poco más).
Lo mismo me dejé para el final los caprichos y momentos más caros… Vamos allá:
26. El olor a imprenta. El ruido de las antiguas máquinas imprimiendo. Huele a niñez feliz, a mono de trabajo, a aquella caja llena de turrones y cosas ricas de Navidad.
27. Una cafetería bonita, acogedora. Que tenga rollo, que te haga sentir en casa. Y que el café esté bueno. Y, algunas veces, con nata, please.
28. Mi colchoncito emocional. No saberme sola. Estar acompañada siempre, aunque en muchas ocasiones sea la soledad mi única compañía. Sentirme orgullosa de ello, porque ha sido creado ÚNICA Y EXCLUSIVAMEMTE por mí. Con mi interés y mi esfuerzo hacia ese grupo de personas a las que siempre siento a mi lado. Son pocas en número, pero enormes. Algunas muy recientes.

29. Las velas perfumadas (menos en verano, que me dan calor; las perfumadas y las normales). La fragancia que desprenden en la habitación mientras escribo. Apagarlas cuando he acabado. De nuevo, el OLOR.
30. Quitarle a mi gata los nudos que se le forman y que no se queje (no ocurre casi nunca). Que siempre esté a mi lado y me mire con esos ojazos gatunos. Ir a echarle su comida y que, cada día, vaya a mi lado con sus andares elegantes y felices. Que me mire con su carita de amor.
31. Encontrar un pantalón que me queda perfecto y cuya altura queda donde tiene que quedar. No sobaquiles, no debajo de la barriga saliendo la molla. En la cintura, donde tienen que estar. Impecable. Que encima estén de rebajas. EL CLÍMAX.
32. Ir al cine. Las palomitas de caramelo en el cubo más grande que halla. Que la peli me ponga los pelos de punta -por lo menos- en algún momento (y no porque sea de miedo).

33. Los subrayadores de colores, los lápices de colores, los rotuladores y los bolígrafos de colores. Soy una yonki de papelería. Lo sé.
34. Encontrar pan sin gluten que esté bueno, que parezca pan de verdad y no ese chusco que se vuelve un arma arrojadiza en cuanto pasan unos minutos.

35. Descubrir lugares nuevos. Observar cómo vive la gente, cómo es, qué come, cómo se comporta: ¿Gritan o hablan? ¿Cruzan con el semáforo en rojo o esperan que se ponga en verde? ¿Van tranquilos por la calle o con prisa? Me gusta fijarme en la gente en general y luego observar a alguien en particular que, por alguna razón que solo yo comprendo, me ha llamado la atención.
Y hasta aquí mi lista de hoy. ¿Alguna cosilla en común? 🙂

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