Ahora leo las listas de felicidad escritas anteriormente y me da la risa. La nerviosa, la risa esta de loca de reir por no llorar. Así que he hecho una lista para el confinamiento (continúa mi risa nerviosa).

Y como quiero seguir riendo sin que medie la locura, he decidido hacer un inventario con las cosas que me producen satisfacción y alegría en esta situación de confinamiento que, además, se ha prorrogado quince días más (y lo que nos queda).

Nada fuera de lo previsible y deseable visto lo visto. Bueno, allá va:

1. Escribir. ¿Qué si no? Es lo único que me hace mantener la cabeza en mi sitio, en mi eje. Es el lugar en donde puedo sumergirme y salir reforzada. Donde puedo llorar, patalear, cabrearme y volver lozana y plácida. Como la que no ha roto un plato.

2. Leer. Admirar los libros que ya he leído y releído. Divisar todos los que me quedan por leer, que son muchos. Observarlos ahí, amontonados, esperándome. Cosquilleo que me recorre porque la curiosidad hace su trabajo. Mirar la carpeta del móvil donde me esperan mis próximas adquisiciones. Cuando todo esto pase. Cuando todo esté bien.

3. Encremarme. Esto verbo no existe, pero la RAE debería de admitirlo ya. Encremar: acto de ponerse cremas o aceites en el cuerpo como si no hubiera un mañana para que esté suave y huela de maravilla. Pues eso.

4. Perfumarme. Como la que se va a ir a dar una putivuelta. Ya lo sabía, pero lo confirmo: adoro oler bien.

5. Hacer yoga. He descubierto el canal de YouTube de Xuan Lan y la adoro. Qué paz, qué sosiego y qué buenas clases. Voy a acabar el confinamiento más flexible. Lo sé.

6. Arreglarme. Estrenar algo. Que es para estar en casa, ya. Da igual. Siento lo mismo porque es para mí, para sentirme bien yo, no para que la gente me vea.

7. Abrazar. Por suerte estoy confinada con MyLove y abrazar es la leche. Porque sí. Sin ningún motivo. Celebrar que estamos juntos veintiún años después.

8. Ver charlas de psicólogos y/o coaches. Tienen mucho que aportar y me proporcionan abundante tranquilidad. Ver directos de Instagram de Laura Riñón, Sol Aguirre o de Ane Hernando: aprendo, me río, desconecto conectando conmigo. La maravilla.

9. Hacer una lista para el confinamiento y comprobar que salen cosas buenas. ¡Yuju!

10. Comer chocolate. Este tengo que controlarlo para poder salir por la puerta cuando esto acabe. Pero me encanta, lo disfruto, así que también merece estar aquí.

11. Pensar. No hacer nada. Lo que viene siendo conocido como «quedarse pescando».

12. Apagar el wifi y los datos. Sí. También me da regustinín. Y, cuando lo enciendo, ver cómo se llena todo de mensajes: nadie ha muerto y el mundo sigue girando.

13. Salir a la azotea a tender y tomar el sol mientras leo o pienso. O miro el móvil. Yo, doña blanca. Mi, doña vampira. Yo, doña crema solar. Sigo poniéndome protector en la face, pero ando obsesionada con que no me falte la vitamina D. Cosas del confinamiento.

14. El aplauso de las ocho. Me emociona, me enseña que ya pasó un día más y que queda un día menos.

15. La infusión de frutos rojos con trozos de fresa. Nada más que añadir.

16. Las videollamadas con mi familia y amigos. Las risas, las ocurrencias. Las ganas de vernos.

Y con esto y un bizcocho… Uuuuum , ¡qué rico, bizcocho…! Lo mismo hago uno después. Algo más que añadir a una lista para el confinamiento.

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