¿Por qué nos suele importar tanto la opinión de los demás?


Los seres humanos somos seres sociales, esto es algo que está admitido y reconocido desde hace mucho por la ciencia y la sociedad.


Llevamos por aquí, como Sapiens sapiens,
entre 200 000 y 300 000 años.

Si nos remontamos al primer Homo -el Homo habilis– habría que hablar de entre 2,4 y 1,4 millones de años el tiempo que llevamos pululando en este planeta azul. Teniendo en cuenta que el primer espejo, encontrado en la actual Turquía, tiene 8 000 años de antigüedad (data ca. 6 000 a.C), podemos afirmar que el espejito en cuestión es prácticamente nuevo.


Llevamos mucho por aquí y con frecuencia nos parece que todo ha sido como ahora, pero la verdad es que la realidad actual ocuparía un espacio ínfimo en una línea cronológica. Y con “realidad actual” me refiero a la etapa en la que una parte de la humanidad ya vive en ciudades, en sociedades organizadas de producción: tomaré como referencia la ciudad de Eridu, ubicada en la actual Irak, que existió al menos en el año 5 400 a.C. (hace unos 7 400 años, aproximadamente en la época de la que data el primer espejo del que hacía mención unas líneas atrás).

¿Qué son ocho mil años de nada
dentro de dos millones?

Pues eso, una minucia. Aunque dentro de esta nimiedad hayamos evolucionado en muchísimos aspectos, claro está.


¿Por qué pongo el ejemplo del espejo? Porque, aunque se podía tener a mano el recurso del reflejo del agua, te tenías que fiar de lo que te decían los demás si querías saber cuál era tu aspecto. Sí, se le daba importancia a esto: recuerda que estamos diseñados para vivir en sociedad y además, si no fuera así… ¿Para qué aquellas estatuillas femeninas, esos colgantes y cuentas de piedra, o piezas dentales animales utilizadas como adornos?


Lo que el otro pensaba de mí siempre ha sido importante para el ser humano porque -como ya he dicho- somos seres sociales y, dependiendo de lo que el otro opine de mí, me aceptará o no en su círculo. Me quedaré sola o no. O sea, sobreviviré o no. Así de importante ha sido la aceptación del otro a lo largo de nuestra evolución. Porque ahora si no me llaman para tomar un vino puedo cabrearme como una mona, pero mi vida no corre peligro. En tiempos pretéritos no tener un grupo significaba la desaparición, la muerte. Game over.


Por tanto, nuestro cerebro primitivo está diseñado para que nos importe la opinión de los demás y para provocar ansiedad: eran nuestras bazas de supervivencia en un entorno hostil.

Sin embargo, en la actualidad de este primer mundo que algunos habitamos, ya no es así. Pero eso nuestro cerebro reptiliano no lo sabe, y sigue reaccionando de la misma manera (recordemos que lleva entre más de dos millones y un millón y medio de años ejecutando esa programación): si no somos aceptados, si hay algo que nos pone nerviosos, automáticamente pone en funcionamiento su engranaje para salvarnos la vida; y tenía que ser rápido porque si no… Muerte.

Nuestro cerebro no es un cabrón,
sólo quiere nuestra supervivencia
y miles de años de evolución
así se lo hacen saber.


De esta respuesta automática y rápida de nuestro cerebro primitivo viene esa expresión que tanto usamos ahora de “vivir en automático”. No obstante, si no hay ningún león dientes de sable corriendo detrás mía para devorarme, ni me he quedado desamparada en mitad de la selva o la sabana, pero permito que mi mente funcione sola, “en automático”, sin pararme a pensar si existe un peligro real en el que mi vida se vea amenazada, los ataques de pánico y la opinión de los demás manejarán mi vida.


Ser conscientes de cómo funciona nuestro cerebro es el comienzo de la libertad. Y quiero usarlo, no ser usada por él. Por muy buenas intenciones que albergue.

Puedes ayudarme a cumplir mi sueño de publicar mi segunda novela realizando una microdonación en https://paypal.me/ioescritora?locale.x=es_ES o realizando una suscripción mensual de 2€ o 5€ en https://patreon.com/ioescritora
De ambas maneras estarás contribuyendo. Gracias infinitas.

Puedes comprar mi primera novela, Cuando todo se volvió acuarela aquí:
http://www.ioescritora.com/cuando-todo-volvio-acuarela/
Y en versión digital en el siguiente enlace: https://n9.cl/tx2qn
También disponible en librerías.

Deja un comentario