Anoche, despué de dos año sin Tosanto, por fin iba a vorvé a vé a los cochinito en la Plaza.
Recuerdo como si fuera ayé cada puesto: los pollo en fila india mientra comentaban la úrtima guarrería política; los puerro, los pepino, las calabaza y berenjena charlando de corazón; los cerdo puestos en pie con peluca, emulando al arcarde o arcardesa de turno junto a sus concejale y oposición, mientras leíamo en los bocadillo barbaridade de colore. Algunas cosa han cambiao. Jalowin llegó pa quedarse, pero convive perfectamente con nuestras tradicione, aunque ya no vayamo en estas fecha con abrigo y bufanda liá en er pescuezo por la Plaza las Flore. Se ve que er cambio climático argo de susto sí que da, y sin disfrazá.
Nuestra primera sorpresa fue al llegá a Correo: la peazo cola era lo más terrorífico ca bía visto en este 31 de octubre. Jamá de los jamase había habío cola pa entrá en la Plaza en los Tosanto. Ni de coña, dije. Vamo a dá un rodeo a vé si hay arguna otra puerta abierta. Y, efectivamente, así era. La fila, que llegaba hasta la calle Compañía, era pa entrá en la zona der pescao, pero el resto se podía vé entrando por las otra puerta. Paentro.
Bastante gente en la zona der papeo. Guiris engullendo arró a las ocho la tarde.
Puestos que participaran en er tinglao… Pocos. Mu poco. Poquísimo. Mi mayor carcajada de la noche la sorté en una carnicería, donde a los pollo les habían puesto las cara de los famoso de turno; entre otro se podía vé a Tamara Farcó y al ínclito Íñigo Onieva diciendo: “Marqués ya ni de Real Tesoro”. Sin embargo, eché de meno que en ningún puesto de verdura apareciera er conocido dicho de Jalowin “Truco o nabo”.
Dedujimo que lo gordo debía estar en er pescao. Fuimo a dá una uerta pa hacé tiempo y, ar volvé, la cola continuaba allí, un poco más cortita esta vé.
Así que onde ante dije «ni de coña» ahora fue un «ueno, venga» con las oreja gacha. Esperamo una cola de unos veinte minuto.
¿Nos dará tiempo entrá o estará ya tor pescao vendío? Esto está atascao.
Mientras decíamo pamplinas varia en la cola, pasó una mesetarian de esas que se creen mu graciosa, pero que son como las avispa. Iba como haciendo que susurraba, diciéndono a los que hacíamo la fila: “¡Es decepcionante, decepcionante!” Por suerte no la escuché, porque quizá le hubiera decepcionao más todavía que me hubiera cagao en to sus tosanto en día tan señalao.
Por fin, entramo en el pescao. De to los pasillo, solo uno abierto. De los puesto de ese pasillo… Cuatro o cinco participante. MartíneAre podría sacá el año que viene otra vé Los Sumisos y le vorverían a dá er primer premio, como ha pasao con el primero del pescao, que no cambia de repertorio y este año vuerve a sé un pelotazo. Por lo meno conservo la memoria tras la pandemia. Argo es argo.
To quisqui en fila. Nada quedaba de las bulla, los rempujone pa vé las gracia de los bicho y la gente sortando bastinazos por doquié, quera lo que hacía de to esto una fiesta. Estaba prácticamente vacío, y la cola continuaba en la calle. Sin sentío. Fartaba el Kichi, vestío de piorró sanguinario, inaugurando -otra vé- el nuevo váte pa que aquello se tornara ya en argo terroríficamente… Chungo.
Lo que más coraje me dio de tó: que la mesetarian llevara razón. Pero esto no sienta precedente arguno. Mejó me siento yo en una pisería a cená, mientra pienso en er mucho chasco y en er poco mieo que pasao. Y en la gatita de la Angu, que diría «Qué poco miaaaaauuuu en la Plaza»
Puedes ayudarme a cumplir mi sueño de publicar mi segunda novela realizando una microdonación en https://paypal.me/ioescritora?locale.x=es_ES o realizando una suscripción mensual de 2€ o 5€ en https://patreon.com/ioescritora De ambas maneras estarás contribuyendo. Gracias infinitas. Puedes comprar mi primera novela, Cuando todo se volvió acuarela aquí: http://www.ioescritora.com/cuando-todo-volvio-acuarela/ Y en versión digital en el siguiente enlace: https://n9.cl/tx2qn También disponible en librerías. |
Deja una respuesta