Rosalía lo ha vuelto a hacer. Analizo aquí la canción Despechá, que ya se asume como canción del verano.
Aunque muchos la definan como basura (es «curioso» la saña con la que se critica a esta mujer, «qué raro»), me parece que, además de pelotazo veraniego, estamos ante un cambio: una vuelta de tuerca, que solo l@s grandes artistas como Rosalía -ejemplo para tant@s-, ejecutan con maestría. Y es que en esta canción tan alegre -que pareciera que no dice nada- gestiona, ¡nada más y nada menos!, que el despecho. En un altavoz que llega a millones de personas.
Hasta hace nada, el despecho iba únicamente unido al sufrimiento, a quedarnos ahí por la otra persona como una condena, porque eso significaba que lo que sentíamos era amor de verdad; así nos lo habían enseñado: estar muy triste, seguir cada uno de sus movimientos, odiando a todo ser que se le acercara y tomando actitudes y acciones que no llevaban a nada, solo a la autodestrucción y al amor tóxico.
Ahora, nada más empezar, Rosalía hace una declaración de intenciones, que ya me hubiera gustado tener a mí -y a gran parte de mi generación-: «Baby, no me llames, que yo estoy ocupá olvidando tus males», que traducido resulta estoy gestionando nuestra ruptura y ahora mismo no puedo hablar contigo porque no me sienta bien, estoy ocupándome de mí. Y añade: «ya decidí que esta noche se sale, con toa mis motomami, con todas mis gyale», que viene a decir no me voy a quedar en casa llorando y maldiciendo, sino que voy a salir con mis amigas a darlo todo, porque sé que eso es lo que va a hacerme sentir bien. En el estribillo aclara que se lo va a pasar divinamente y que, cuando acabe la fiesta, no lo hará llorando recordando a la que fue su pareja, sino como una reina: «Coroná».
En la siguiente estrofa aclara que en ese momento no tiene pena, porque está con su mejor amiga; que además se va a tomar el día libre porque es lo que necesita. Bailar dándolo todo y ya está: «mambo violento y fin del problema».
En la última estrofa hace alusión a que es una «racineta» (divas que salían pilotando o dando salida a «bugas»1): ella maneja y dirige su vida, ella manda, está al volante y tiene el control, nadie más.
Con todo esto, la canción Despechá, que además tiene un ritmo alegre y pegadizo, invitando a bailar y pasarlo bien, Rosalía envía un mensaje claro: nadie se muere por nadie. Puedes sentirte mal, pero si tienes claro que el control lo tienes tú, porque es tu vida y tienes un colchón emocional (algo indispensable), que pueden ser tus amig@s y/o familia, todo pasa. Que hay más opciones, además de quedarse llorando encima de la colcha, regodeándote en tu dolor y pendiente de la otra persona, sobre la que no tienes ningún control. Y es que esto es lo único que, hasta hace nada, se nos mostraba en canciones, series o películas.
Echo la vista atrás. La mujer -de la edad que fuera- se quedaba llorando amargamente y, si salía, lo hacía para espiar al ex, y siempre acababa mal: él tonteaba con alguna, o parecía que lo hacía. La noche acababa en drama. El foco siempre estaba en él: lo que él hacía, lo que él sentía; nunca en ella, que solo era una consecuencia de los actos del ex en cuestión.
Al hombre se le presentaba sin mucho problema por la situación (le estaba vetado mostrar vulnerabilidad, debilidad o sensibilidad, características típicas «solo en la mujer», cuando sabemos que es propio del ser humano): quedaba con amigos para ligar y así deshacerse del recuerdo de ella. Borrón y cuenta nueva. Aunque él siguiera enamorado y/o necesitara tiempo, ignoraba sus emociones porque era lo que le habían enseñado que tenía que hacer, lo que no hacía más que agravar el problema. Solía volcar sus frustraciones en la persona que acababa de conocer: otra chica que no entendía su comportamiento y, además, acababa odiando a la ex2. Todo muy sano.
Aquí, en Despechá, el foco está en ella. Ella es la protagonista: reconoce la emoción y sabe gestionarla. Se cuida y se deja cuidar: «estoy con la Fefa, ella es la jefa, ella lo baila, ella me enseña». Reconoce el dolor, lo pone en su lugar y actúa en consecuencia: necesito estar con mis amigas y divertirme. Es consciente de que la relación no le hacía bien y por ello reza: «que Dios me libre de volver a tu lao». En el «Universo Rosalía», Dios tiene una gran relevancia y por eso le hace esta petición: ella ya tiene claro que no quiere estar con esta persona, así que por favor, no hagas Tú que eso ocurra. Sería el único fleco por el que se podría retomar la relación, según sus creencias, por eso le pide que, si tuviera un momento de flaqueza, no le permita sucumbir a él.
Así que sí. Rosalía lo ha vuelto a hacer. Donde algunos solo ven una cancionzucha que no se entiende y sin mensaje, yo veo lo que hubiera necesitado escuchar cuando tenía diecisiete años. O veintitrés. O treinta y uno. Y también veo que, cuando Georgie Dann sacaba «sus temazos de verano», nadie lo criticaba: se cantaba, se bailaba y se pasaba bien. Incluso se sigue haciendo ahora. Pero era él. Ahora es ella. O no. O será que eran otros tiempos. O ambas cosas. Que cada un@ saque sus propias conclusiones.
Yo solo le pido al Universo que me permita seguir disfrutando de Rosalía muchos años más. Namasté.
1 Definición sacada de https://www.wakeandlisten.com/vocabulario-rosalia-diccionario-palabras/
2 Está narrado entre parejas hetero porque, aunque ahora parezca increíble, antes era lo único que salía en los medios.
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